Su impacto en la salud hormonal ha hecho que cada vez escuchemos más sobre los disruptores endocrinos. Lo que sorprende es que están presentes en muchísimos aspectos de nuestra vida diaria: desde envases de comida, hasta productos de cuidado personal e incluso en algunos artículos de higiene menstrual.
Quizá ya hayas oído hablar de ellos o tal vez todavía no sepas la magnitud de sus efectos. La realidad es que hay tanta información que muchas veces puede resultar abrumador. En MyAlma queremos hacerlo fácil: aquí te contamos qué son, dónde se encuentran y qué pasos puedes dar para reducirlos en tu día a día.
¿Qué son los disruptores endocrinos?
Los disruptores endocrinos (EDCs, por sus siglas en inglés) son sustancias químicas capaces de interferir con nuestro sistema hormonal.
El sistema endocrino regula funciones vitales como el crecimiento, la reproducción, el metabolismo o incluso el estado de ánimo. Cuando estas sustancias imitan, bloquean o alteran la acción de nuestras hormonas naturales, pueden afectar a nuestra salud incluso en dosis muy bajas.
- Los estudios los han relacionado con:
- Trastornos reproductivos e infertilidad.
- Cánceres hormono-dependientes (mama, próstata, ovario).
- Problemas de desarrollo en la infancia.
- Alteraciones metabólicas, como la obesidad o la resistencia a la insulina.
¿Dónde se encuentran?
Más de lo que imaginas. Estas son las principales fuentes:
- Plásticos y envases de alimentos: sustancias como el BPA o los ftalatos pueden migrar a los alimentos, especialmente si se calientan.
- Productos de cuidado personal: muchos cosméticos, champús y jabones contienen parabenos y fragancias sintéticas.
- Pesticidas en la agricultura: afectan tanto a los alimentos que consumimos como a quienes los cultivan.
- Alimentos de origen animal tratados con hormonas: carne y lácteos pueden contener residuos hormonales.
- Productos de limpieza convencionales: algunos detergentes incluyen compuestos que interfieren con el sistema hormonal.
- Productos menstruales convencionales: compresas y tampones tradicionales suelen llevar cloro, perfumes, pesticidas o fibras sintéticas que entran en contacto directo con la zona vulvovaginal.
Cómo protegerte (pasos sencillos)
La exposición total es difícil de evitar, pero sí podemos reducirla con pequeños cambios:
- Elige envases seguros → opta por vidrio, acero o cerámica en lugar de plásticos.
- Revisa etiquetas → prioriza productos de cuidado personal sin parabenos, ftalatos ni fragancias sintéticas.
- Consume alimentos orgánicos → así reduces pesticidas y residuos hormonales.
- Limpieza natural en casa → utiliza productos eco o caseros, sin químicos agresivos.
- Opta por productos menstruales saludables → compresas, tampones y salvaslips de algodón 100% orgánico certificado, bragas menstruales o alternativas libres de químicos. Estos cuidan tu cuerpo y evitan que cada mes entren en contacto sustancias nocivas con tu zona íntima.
- Mantente informada y exige transparencia → apoyar marcas y regulaciones que prioricen la salud es clave para generar un cambio real.
La clave: pequeños cambios, gran impacto
Los disruptores endocrinos representan un riesgo real para la salud, pero no se trata de vivir con miedo, sino de estar informada. Con decisiones conscientes —desde el envase que eliges hasta el tampón que usas— puedes reducir tu exposición y proteger tu bienestar hormonal.
En MyAlma creemos que lo natural es cuidarte sin químicos innecesarios. Por eso, ofrecemos productos de higiene menstrual hechos con algodón 100% orgánico certificado, hipoalergénicos y libres de tóxicos. Porque lo que pones en tu cuerpo importa, y tu salud menstrual merece lo mejor. 💛
